Viaje gastronómico para celebrar un arte culinario muy personal que aúna la tradición italiana y la creatividad ibérica, en un encuentro único a seis manos.
Salvatore Romano, alma mater de la trattoria napolitana Totò e Peppino, ha reunido por primera vez en España, a dos grandes maestros de la pizza italiana como Salvatore Lionello y Fabio Digiovanni, para “explorar cómo la pizza italiana ha echado raíces en tierras ibéricas, fusionándose con ingredientes autóctonos, técnicas regionales y nuevas sensibilidades”.
Mestizaje culinario, enmarcado dentro de la Pizza Week Spain Edition 2025, que comenzó con la pizza Origine elaborada por Salvatore Romano, “inspirada en la pasta y piselli (guisantes) de la cocina de mi madre. Esta pizza es un tributo al hogar y a la memoria”, confeccionada sobre masa napolitana clásica, crema de guisantes fundida con straciatella de búfala al horno y panceta ibérica. “Al salir, la suavidad ácida de la straciatella junto con la untuosidad de la panceta ibérica forman una sinfonía de tradición y mestizaje“. Un delicioso blanco Masseria Frattasi Taburno, elaborado con la variedad falangina fue el maridaje perfecto para este plato.
Seguimos con una creación de Salvatore Lionello, “que rinde homenaje a la memoria y al sabor genuino de la tradición napolitana”, bajo el nombre de A cas ra’nonn. A partir de una masa clásica italiana, presenta una base frita y posteriormente horneada, con la que se obtiene una textura crujiente por fuera y suave por dentro, coronada con ragú de carne de res cocida lentamente, crema de leche de búfala y un toque de pesto de albahaca que le aporta frescura aromática. Los frutos rojos del tinto Caudium Aglianico también de Masseria Frattasi encajaron plenamente con esta pizza que supone “todo un viaje al corazón de la cocina casera”.
Otro sorpresón total maridado con un excelente blanco Macchialupa Greco di Tufo fue la pizza Back home de Fabio Di Giovanni, elaborada con masa de multicereales, escarola salteada con sus notas terrosas y amargas, en perfecto equilibrio con las aceitunas taggiasche y la dulzura de los tomatitos semisecos, inmersos en una sutil y ligerísima mayonesa de ajo. Unas finísimas anchoas del Cantábrico aportaron el punto umami.
Pura maestría también demostrada en La pizza que no pide permiso, aportación especial del restaurante Umiko, cuyo enfoque creativo aportó el punto de vanguardia a una noche inolvidable. Entre sus ingredientes: stracciatella de burrata con ventresca de atún toro ahumada, brotes de albahaca frescos y salsa Umiko (mayonesa vegana que en lugar de huevo lleva soja por lo que resulta más ligera). La chalota y el ajo en su forma más natural junto con la pimienta Sichuan, cornflakes de chile, sésamo tostado y aceite de sésamo la convierten en un bocado irresistible, maridado con el exquisito champagne Perrier-Jouët Blanc de Blancs.
De postre, Choco crush (padellino con masa al cacao, ricota de búfala, namelaka de chocolate fundida con caramelo salado, chutney de pera y petazetas de chocolate); y Profumo di Sorrento (ricotta dulce mantecada con lima, crema de mantequilla y limón, caramelo salado, melocotones caramelizados al tomillo, polvo de cáscaras de limón caramelizadas, caviar de limón, almendras, albahaca morada y menta). Superlativo ‘perfume’ armonizado con un impresionante Dolce Marsala. Una velada que permanecerá por mucho tiempo en nuestra memoria.