El menú de Osteria Bravissimo es un provocador pasaporte a la diversión y a la creatividad. Desde su brioche de rabo de toro con zabaione de Marsala y la croqueta de curry massala hasta los callos ‘no tan a la madrileña’ con níscalos y base napolitana, el entrecot de vaca madurada acompañado de una versión muy singular del puré Robuchón o los tortelloni en caparazón de nécora.
Proyecto con un trasfondo muy sentimental al estar inspirado en la figura de la nonna, tía abuela de Lappo Canale, uno de los socios fundadores junto con Luis de la Peña y Enrique Ugarte. Infatigable viajera que, cuando volvía de sus impresionantes rutas a su Italia natal, siempre le gustaba convertir las recetas de los territorios que había visitado en propuestas únicas por su toque muy personal… en buena lógica, italiano.
Como punto de partida disponemos de una carta diseñada a modo de recorrido con paradas en diferentes destinos. Y qué mejor comienzo del viaje con esa carta convertida en billete de avión, elaborada con pan de ácimo de harina de trigo para que te la comas e inicies tu propio viaje a donde prefieras. Así con el asesoramiento de los chefs Joaquín Serrano y Jorge Velasco junto con Jacobo Quevedo como gran ‘maestro de ceremonias’ emprendemos nuestra particular aventura con unos deliciosos pops de gamba con korean mayo, seguidos de unas zamburiñas a la brasa con aguachile mediterráneo.
De la misma ‘Puerta de embarque’ tampoco nos hemos querido perder la magnífica flor de alcachofa a la llama napada en provoleta junto a un apabullante canelón de cochinita pibil con bechamel de queso feta y jalapeños encurtidos. En esta experiencia de recorrer el mundo a través del paladar también nos ha fascinado su taco de osobucco con emulsión de chipotle, cebolla encurtida y parmesano rallado y el tataki de atún con huevas de trucha y salsa de ostras. En pleno vuelo entregados a la gloria, nada mejor que el solomillo a la brasa con reducción de chianti, pomada pomodora y boniato ahumado o el pulpito entero a la brasa sobre revolcona de salame piccante y bizcocho de paprika.
A la ‘hora de aterrizar’, nada mejor que una tarta de queso, la torrija caramelizada o la tarta de chocolate fluida con avellana tostada. Para maridar esta riquísima propuesta, sorprendentes etiquetas bastante desconocidas además de unos irresistibles cócteles de autor… A estas alturas, todavía no hemos querido desprendernos de nuestra maleta viajera.
Precio medio: 30€